¡Aloha chicas! 🙂
¿Qué tal ha ido el fin de semana? A mi si queréis que os diga la verdad, se me ha pasado volando 😀 El sábado lo dediqué a grabar el vídeo del próximo lunes y el domingo a editarlo, aún así estoy muy contenta porque una de las cosas que más feliz me hace es llegar a los objetivos que me marco 😉 De todas formas no penséis que solo fue trabajar, que también tuvimos cena el sábado y el domingo tarde de fútbol con amigos. ¿Vosotras?
Centrándome en la temática de la entrada de hoy, tenía que decir que: lo he vuelto a hacer. Me he vuelto a tatuar. Además os comenté que hoy os enseñaría fotos del tatuaje. Eso sí, me lo hice el viernes y aún se está curando. ¿Esto qué significa? Que la zona aún está ligeramente inflamada y todavía no se me han empezado a caer las pielecitas, por lo que el color está aún muy vibrante. Después de esta fase generalmente el tatuaje no se ve tan intenso y brillante. El resultado una vez curado es algo más mate.
Hacía tiempo que tenía en mente hacerme una piña alegre, sexy, hawaiana y colorida. Pero ya sabéis que en verano no es muy recomendable hacerlo por el tema de la exposición solar, el mar, la piscina… Así que me quería esperar a que bajara el sol y ya no fuera a ir a la playa.
El año pasado realicé un vídeo en el que os enseñaba el resto de tatuajes que tengo y un poquito acerca de ellos. Tengo que confesar que soy de las que piensa que no tienen porqué ser todos y absolutamente todos significativos. En mi caso tengo algunos que sí lo son, pero otros son por decoración o porque me resultan monos o divertidos. Jamás me he arrepentido de ninguno de ellos y nunca me tatúo por moda. Es arte y forman parte de mi y mi historia. Y a vosotras, ¿os gustan los tatuajes? 😉
Tenía muy claro que quería una piña muy peluda con muchas hojas salvajes, colorida y con un hibisco. Además como podéis observar es redondita y pequeña, no es la piña típica alargada. Esta forma me parece mucho más graciosa. ¿Alguna vez os he dicho que la primera vez que me quise tatuar estuve a punto de hacerme un hibisco pero me dio miedo por aquello de ser el primero y no lo hice? Así que años después ya lo tengo 🙂
DOLOR, TIEMPO DE REALIZACIÓN…
Se que alguna de vosotras me va a preguntar acerca del dolor. Tengo que decir que sí fue doloroso, pero siempre soportable. Además luego la zona se adormece y la intensidad se reduce 🙂 De todas maneras, más que doloroso fue un poco pesado ya que la piña tenía mucho trabajo. Todo el tattoo está hecho con degradados mezclando diferentes tonalidades para que el resultado fuera más natural. Para que os hagáis una idea, el cuerpo de la piña tiene tres tonos diferentes: uno marrón, otro color mostaza y un último más claro. Las hojas peludas tres tonalidades diferentes de verde y el hibisco dos tonos de azul para aportarle profundidad y algo más de realismo. Así que estuve como tres horas y media tatuándome. Otra cosa que tenía claro es que no quería líneas perfectas en el cuerpo de la piña y la línea no muy gruesa.
SITIO EN EL QUE ME HE TATUADO
La verdad que estoy muy contenta con el resultado. ¡Muchísimas gracias a Fátima de Fusion Tattoo en Alicante por su profesionalidad y paciencia! 🙂 Además es encantadora.
CUIDADOS DEL TATUAJE
Esto varía dependiendo del tatuador. En mi caso por ahora me lo tengo que lavar con jabón neutro o de lagarto dos veces al día y secarlo muy bien con papel de cocina hasta que deje de salir tinta. Después aplicar Bepanthol todas las veces que sean necesarias pero poniendo una finísima capa de pomada.
Espero que con el tiempo vayan cambiando las cosas y la gente pueda tatuarse sin miedo y sin preocuparse de que por ese motivo le vaya a condicionar a la hora de optar a según qué puestos de trabajo.
¡Muchísimas gracias por pasar, hacer click en «me gusta» y dejarme un comentario! 🙂
Un beso
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